Por qué las alpargatas triunfan en comuniones

La popularidad de las merceditas y bailarinas en comuniones está fuera de duda. Pero el éxito de estas propuestas todavía no monopoliza el calzado típico de esta celebración. Las alpargatas, por ejemplo, han aumentado su presencia en este sacramento cristiano, figurando entre los zapatos de comunión niñas más solicitados.

La Real Academia Española define la alpargata como un «calzado de lona con suela de esparto o cáñamo, que se asegura por simple ajuste o con cintas». Por su comodidad, tacto agradable y elegancia natural, las alpargatas han ganado terreno como el complemento más deseado en primeras comuniones.

Razones que explican su demanda hay muchas, y la frescura y confort que proporcionan es una de ellas. Las alpargatas se ajustan al pie infantil sin generar apreturas, ni limitar su movilidad. Por tanto, las pequeñas comulgantes pueden correr y saltar con normalidad, sin temor a experimentar torceduras u otras lesiones.

Por su flexibilidad y ergonomía, las alpargatas se adaptan al pie de su portadora. Las rozaduras y otros problemas usuales en otros calzados brillan por su ausencia en este zapato, de gran resistencia. Además, se fabrica en distintos tejidos, colores y acabados, por lo que resulta fácil encontrar un modelo que se adapte a las necesidades de cada usuaria.

Su diseño y materiales están pensados para garantizar una óptima transpirabilidad. Esta característica explica por qué las alpargatas son un calzado tan fresco, perfecto para una celebración que coincide con el inicio del periodo más cálido del año. De este modo, son una opción más sensata que las botas pascualas que todavía se estilan en este sacramento.

Como alternativa a las alpargatas, las merceditas poseen un diseño fresco, moderno y cómodo, idóneo para una primera comunión. Aunque menos tradicionales, las bailarinas también han sabido hacerse un hueco en una de las celebraciones más importantes en la vida cristiana.