Hay algo de Italia que siempre me ha atraído por encima de otros países de nuestro entorno. No sé si será su historia, su cultura, su carácter o su gastronomía, aunque supongo que será una mezcla de todo ello. Lo que sí sé seguro es que cuando estoy de viaje por Italia me siento bien, como en casa, como si fuera un lugar que conociera de siempre. Y en ello también influye mucho su gastronomía, sus deliciosos sabores y olores.
Por supuesto, la cocina italiana es una de las más famosas del mundo. No hay lugar en todo el planeta que no cuente con un restaurante de comida italiana. La pasta y la pizza son platos más que famosos. Sin embargo, la gastronomía italiana nos tiene reservados algunos tesoros que van más allá de sus platos más típicos.
En uno de los viajes que hice por Sicilia descubrí uno de esos tesoros: los quesos de cabra italianos. Yo soy muy aficionado al queso y soy capaz de mover cielo y tierra con tal de conseguir el queso que busco. Por ejemplo, me enamoré del queso majorero en un viaje a Fuerteventura y ahora siempre trato de tener un poco en casa. Y no siempre es fácil conseguir comprar queso de denominación de origen, tampoco el italiano. Porque una vez que se acaban las provisiones de los viajes, no es muy rentable volver a coger un avión solo para comprar queso.
Pero, por suerte, hoy en día con internet todo es más sencillo. Después de volver de Italia hice una búsqueda por internet y encontré un sitio específico que sirve quesos de importación como mis queridos quesos de cabra italianos. Ahora ya no necesito ir hasta Sicilia solo por la comida. Porque, aunque hay muchos restaurantes de comida italiana en mi ciudad, tampoco es tan habitual que dichos lugares cocinen algo más que los típicos platos de pasta y pizza. Y yo soy mucho más exigente que eso. Necesito saborear mi querida Italia con platos un poco más elaborados y algunos productos que no se encuentran tan fácilmente en cualquier supermercado.