El turismo ornitológico encuentra en Galicia un catálogo extensísimo de sitios donde presenciar migraciones, avistar especies únicas y disfrutar, en suma, de la avifauna local. De especial interés son sus ecosistemas marinos, y para muestra, los archipiélagos del Parque Nacional de las Islas Atlánticas. Entre las maravillas naturales que ver en las islas cíes destaca, por ejemplo, la mayor colonia de gaviota patiamarilla del continente europeo.
Esta ave marina mantiene aquí, dependiendo del año, poblaciones de diez a veinte mil parejas, que conviven estrechamente con el cormorán moñudo, otra especie singular que está ligada al paisaje atlántico de las Cíes. Las dos mil parejas aprox. de cormoranes comparten este hábitat con el paíño europeo, el vencejo real, la garza, el cernícalo, el alcatraz atlántico, el charrán común, el busardo ratonero o el halcón peregrino, entre otros.
En vista del valor ecológico de su avifauna, no sorprende que las islas Cíes fueran declaradas como Zona de Especial Protección para las Aves (ZETA) en los años ochenta. Esta consideración ha contribuido a preservar sus ecosistemas y rutas migratorias.
Entre las mejores zonas de birdwatching en las Cíes, sobresalen sus acantilados en Monteagudo, la más septentrional de sus islas, donde el visitante tendrá no pocas oportunidades de contemplar al cormorán moñudo o la gaviota patiamarilla.
En esta misma isla se ubica el observatorio de aves do Peito, que pese a la entidad de su nombre, no pasa de ser una caseta instalada en una posición estratégica para fotografiar o apreciara las colonias en estado natural. Junto al faro, la panorámica de la costa facilita la observación de las aves en pleno vuelo o tarea de nidificación.
Por su parte, los principales arenales (Rodas, Figueiras, Cantareira, etc.) ofrecen otro punto de observación desde el que admirar la biodiversidad aérea de las Cíes, un «paraíso» para cualquier entusiasta de la ornitología.