El arbolado urbano y periurbano constituye un patrimonio natural de incalculable valor, aportando beneficios ecosistémicos, estéticos y sociales que enriquecen la calidad de vida de los ciudadanos. Estos gigantes silenciosos no solo embellecen el paisaje y proporcionan sombra en los meses estivales, sino que también actúan como sumideros de carbono, reguladores térmicos y refugio para […]