La pérdida de densidad capilar o su caída abundante en un corto periodo de tiempo son síntomas claros de efluvio telógeno, un trastorno del cabello que afecta en mayor medida a la mujer, aunque también causa estragos en el hombre. La ayuda de un dermatólogo pelo en Vigo es esencial para tratar esta alteración y prevenir sus efectos a medio y largo plazo.
Como concepto, el efluvio telógeno entró en el diccionario dermatológico gracias a las investigaciones de Albert Kligman en los años sesenta. Se trata de un trastorno capilar con dos variantes: la aguda, que destaca por el carácter temporal y reversible de sus síntomas, más común en jóvenes que en adultos; y la crónica, caracterizada por la mayor duración de sus efectos, que se prolongan durante cinco o seis meses, al menos.
Las causas del efluvio telógeno o telogénico son diversas. Por un lado, las variaciones hormonales que traen consigo periodos como el embarazo o la menopausia están detrás de esta patología. Los expertos en dermatología han señalado que las hormonas sexuales esteroideas —en particular, los estrógenos— son responsables directas, pero tampoco deben descargarse los déficits nutricionales.
Y es que la falta de vitaminas del grupo D y B o de minerales como el hierro y el zinc traen consigo un mayor riesgo de desarrollar efluvio telógeno. Otro tanto puede decirse del estrés y ansiedad emocional. En general, la caída del cabello guarda una estrecha relación con las situaciones de tensión física y emocional, por lo que no debe sorprender que una de sus manifestaciones (el efluvio telógeno) esté motivada por el estrés.
La ingesta de ciertos medicamentos también ha demostrado ser fuente de casos de efluvio telógeno. La razón es simple: los anticonceptivos orales, anticoagulantes, andrógenos, antidepresivos, betabloqueadores y otros fármacos similares desencadenan cambios hormonales o inducen en mayor o menor medida la rarefacción del pelo.