La valina, el triptófano, la isoleucina y otros aminoácidos esenciales desempeñan un rol primordial en la salud y bienestar caninos. Al contrario que los no esenciales, estos compuestos orgánicos no pueden ser generados por el organismo del perro, sino que deben aportarse a través de la dieta o de suplementos alimenticios, como los comercializados por Petia y otros especialistas en la nutrición de animales de compañía.
Considerado un aminoácido clave en etapas de crecimiento, la histidina participa en funciones como la digestión, el sueño o la respuesta del sistema inmunitario. Cualquier déficit relacionado se manifiesta en el pelaje y las uñas, principalmente.
El triptófano, por su parte, es un aliado contra el estrés y la ansiedad que a menudo afectan a los perros. Este compuesto orgánico, presente en lácteos, nueces, plátanos y carnes como el pollo, precede a la seratonina, con la que está fuertemente relacionada. Este neurotransmisor incide sobre la sensación de bienestar del can y contribuye a regular los ciclos de sueño.
Para mejorar el metabolismo en perros, los aminoácidos más beneficiosos son la treonina y la isoleucina. Mientras que el primero forma parte del colágeno y otras estructuras, el segundo se concentra en los músculos. Otras funciones a destacar son su impacto sobre la hemoglobina y el sistema inmunitario.
Entre los aditivos nutricionales más recomendados en dietas caninas, sobresale la valina debido a su efecto positivo sobre la regeneración muscular. Se obtiene de forma natural a través de los piensos y alimentos húmedos con carne, nueces o pescados, pero ciertos perros pueden necesitar un complemento con este aminoácido.
Igualmente relacionada con el crecimiento a edad temprana, la leucina interviene en procesos como la curación de heridas, favoreciendo además el desarrollo muscular. En cambio, el aminoácido conocido como lisina contribuye a la absorción del calcio y a la producción de ciertas hormonas.