Al final de temporada puedes encontrar en muchos establecimientos mesas de terraza baratas que han quedado sin vender y que tienen una más que considerable rebaja para no tener que volver a desmontarlas y guardarlas en el almacén. Pero, para empezar, tienes que llevarte los muebles enteros, no puedes desmontarlos. Y, también, tienes que tenerlos a buen recaudo hasta la próxima temporada.
En el caso de muebles pensados para exterior al cien por cien, no es un problema. Solo tienes que colocarlos en dónde van a ir situados durante todo el año y disfrutarlos cuando llegue el momento o en los ratos de sol que se intercalen durante el invierno. Pero algunos muebles no soportan bien los cambios de temperatura, el frío o la lluvia de manera constante. Es el caso de los muebles de exterior de fibras sintéticas, que al estirarse y contraerse con los cambios de temperatura pueden acabar rompiendo, especialmente si hay mucha humedad.
Pero esto no tiene que ser un problema, incluso si no tienes espacio para guardarlos en el interior de la vivienda o en un trastero. Si tienes un jardín de gran tamaño, lo ideal es que compres un pequeño cobertizo en el que puedes guardar tus muebles apilados cuando no se utilicen. También puedes usar el cobertizo para guardar las herramientas de jardín. El tamaño del cobertizo dependerá de lo que quieras meter en su interior, pero los hay a muy buen precio en las tiendas especializadas en muebles de exterior.
Si se trata de muebles para tu terraza, un cobertizo no va a ser una opción. Tendrás que comprar algo que pueda protegerlos sin que se retiren de la terraza. Para este fin existen fundas plásticas que cubren totalmente los muebles y que incluso pueden forrarlos por completo. Esto es, hay fundas que se colocan por encima y se sujetan a los pies de los muebles para protegerlos y otras que se colocan en el suelo, se sitúan los muebles encima y, a continuación, se envuelven y se cierran con una cremallera de modo que estos quedan protegidos cien por cien.
Con estas fundas, se evita que los muebles sufran todas las inclemencias del tiempo y, sobre todo, que se mojen. Si no se va a utilizar la terraza durante todo el invierno, las que cierran de cremallera son las más adecuadas porque dan una protección más integral, mientras que las otras permiten descubrir los muebles para usarlos cuando apetezca.