La isla de Ons es la única isla de Galicia habitada, sin estar unida a la costa. Al contrario que Arosa, habitada, pero con un puente que la une con la costa o A Toxa, también comunicada con el continente, a Ons solo se puede acceder por barco. Aun así, hay un número de personas que viven allí durante todo el año y este aumenta al llegar el verano.
La vida en Ons no es muy sencilla para los que pasan allí el invierno, ya que para poder ir a trabajar o a realizar sus compras tienen que tomar un barco. A través de la naviera mar de ons islas ons y diferentes puntos de la costa están comunicados. En verano, el número de barcos aumenta porque hay muchas personas que acuden a pasar el día y a disfrutar de la belleza de un lugar por el que parece que no ha pasado el tiempo en las últimas décadas.
Si se quiere viajar a Ons hay que solicitar el permiso a través de la Web de la Xunta. Al estar en un espacio protegido el número de visitantes diario está limitado. Aunque la demanda de permisos no es tan alta como en las Cíes, en verano puede ser necesario reservar con una cierta antelación para poder ir. Solamente cuando ya se tiene el permiso se puede comprar el billete para disfrutar del viaje a la isla y pasar un día muy especial.
En Ons hay también plazas para quedarse a dormir. En caso de realizar una reserva, ya se encarga el establecimiento de la gestión de los permisos. Ons es el lugar perfecto para descansar, desconectar del mundo exterior y pasar el día en la naturaleza disfrutando de rutas de senderismo y de playas.
Por supuesto, también hay una excelente oferta gastronómica. Aunque son tan solo dos los restaurantes de la isla, en ellos es posible disfrutar de exquisitos platos entre los que destacan los elaborados con pescados y mariscos de la zona.
Otra opción es visitar la isla durante todo el día y pernoctar en cualquier localidad cercana, ya que en las Rías Baixas hay infinidad de opciones para pasar unos días, tanto si se busca playa como si se quiere interior, tanto en hoteles como en alojamientos rurales o incluso en maravillosos pazos convertidos en alojamientos de auténtico lujo en los que pasar unos días inolvidables.