Ramos o coronas, ¿qué enviar en un funeral?

Una de las maneras más habituales de dar el pésame a la familia por la muerte de un ser querido es enviando flores. Las flores están presentes en muchos de los momentos más importantes de nuestra vida y también en el momento de la muerte. No obstante, hay familias que no quieren este tipo de ofrendas y por eso, antes de enviar ramos o coronas es bueno asegurarse de que serán aceptados. 

Tanto los ramos como las coronas pueden ser enviados por compañeros de trabajo, empresas, familiares, amigos o cualquier asociación u organización a la que perteneciera el difunto. En ocasiones, los compañeros de los hijos o del viudo o la viuda también envían flores, como una muestra de respeto al fallecido y una manera de expresar su aprecio por el familiar.

Tan apropiado puede ser el envío de flores como el de coronas, no obstante, suele haber una serie de protocolos que no son rígidos y que pueden incluso variar según la zona en la que se viva o las costumbres de cada familia.

Las coronas para difuntos en Vigo suelen ser enviadas por la familia directa y también por grupos amplios de personas, como la empresa en la que trabajaba la persona fallecida. Es cierto que la corona es mucho más protocolaria y seria, ya que es algo que se realiza exclusivamente para funerales y para nada más. Existen muchos tipos de coronas y de muchos precios en función no solo del tamaño, sino también del tipo de flores que se utilicen para su confección.

Los ramos se suelen enviar por personas individuales o por grupos más reducidos. Pueden ser de muchos tamaños y precios. Normalmente, dependiendo de cuántas personas colaboren en el ramo y de la cercanía con el difunto, este es más o menos grande. Es un poco más informal que la corona pero igual de apreciado por quienes lo reciben. 

Tanto en el caso de las coronas como en el de los ramos es habitual que estos tengan una gran cinta en la que figure el nombre o nombres de las personas que los han enviado. En el momento del entierro estas personas portan el ramo o la corona para depositarla junto a la tumba del difunto, aunque esta costumbre se está perdiendo al ser los entierros cada vez más limitados al ámbito de la familia cercana.