4 trucos para calmar a un perro nervioso

  1. La voz. Nuestro tono de voz puede ser suficiente para calmar a un perro nervioso en determinadas ocasiones. Si ante una situación que al perro le intranquiliza nosotros sobreactuamos, tratando de tranquilizarlo con mimos y con atenciones exageradas, el perro puede percibir que es “recompensado” por su modo de actuar. Tampoco es bueno que nos pongamos nerviosos también y lo regañemos, ya que estaremos alimentando su inquietud. Si un perro se pone nervioso, hablarle con una voz tranquila, indicarle que se ponga a nuestro lado y acariciarlo un poco, pero con tranquilidad y naturalidad, puede ayudar a que el animal vea que todo está bien y no hay nada raro. Una vez que el perro se calme y deje la actitud nerviosa, se le puede recompensar para que vea que lo bueno es estar tranquilo y no lo contrario.
  2. El ejercicio. Si el problema no es una situación concreta sino que el animal está inquieto porque tiene un carácter muy nervioso, el ejercicio puede ser nuestra mejor herramienta. Llevarlo a dar caminatas, mejor al aire libre o a hacer ejercicio en recintos habilitados al respecto, puede hacer que el perro libere toda esa energía que se le acumula y que lo hace actuar de manera nerviosa. 
  3. Los productos naturales. Cuando ya sabemos que hay situaciones que a nuestro perro le ponen especialmente mal, podemos prevenirlas con un Tranquilizante natural para perros. Por ejemplo, si vamos a tener que ir al veterinario y sabemos que esto no le gusta, unos días antes podemos comenzar a darle un producto natural para que el animal se relaje. Seguramente, al llegar al veterinario se ponga algo nervioso, pero se trata de que sea menos de lo habitual y resulte más sencillo calmarlo y reconducirlo para que se porte bien.
  4. Otro perro. En algunas ocasiones, un compañero de juegos es la mejor manera de calmar a un perro nervioso, especialmente si lo que le sucede es que lleva mal el estar solo. Pero es importante tener en cuenta que los amigos que nosotros buscamos, podrían no ser los que elegirían ellos. Por eso, es muy importante hablar con algún etólogo con experiencia que nos dé las mejores pautas para introducir a un nuevo miembro de la familia con éxito y que nos indique también qué raza, sexo o carácter le irá mejor a nuestro amigo.