Si tu sueño es tener un hijo ¡no te rindas!

Muchas parejas sueñan con tener un hijo pero por más que lo intentan parece que se resiste a llegar. A veces es porque existe un problema que impida concebir en alguno de los miembros de la pareja. Otras, porque la edad elevada de la madre hace que las posibilidades de concepción sean mucho más bajas.

Hoy, cada vez son más las mujeres que retrasan su maternidad porque quieren desarrollar su carrera o bien porque tras haber tenido otras parejas encuentran por fin a la persona adecuada para llevar a cabo una aventura que no se habían planteado hasta ese momento. También son muchos los casos de mujeres que, tras haber sido madres jóvenes, desean tener un hijo en la madurez para poder disfrutarlo de una manera diferente.

Pero ser madre a partir de ciertas edades es mucho más difícil y también es más peligroso ya que aumentan significativamente las posibilidades de que el niño que se geste venga con problemas. Por eso muchas mujeres, tras haberlo intentado varias veces sin éxito o tras haber tenido una mala experiencia, deciden confiar en la reproducción asistida.

Gracias a la reproducción asistida estas mujeres que no juegan con un gran margen de tiempo para poder concebir pueden aumentar significativamente sus posibilidades de tener un hijo biológico. Y lo mejor es que pueden hacerlo incluso si no tienen pareja o esta no es un hombre, lo que les facilita poder tomar la decisión de ser madres de forma libre y sin depender de su orientación sexual o de su estado civil.

Pero además de facilitarles la maternidad también es posible asegurarse de que el hijo que es concebido es sano, realizando pruebas genéticas al feto antes de implantarlo. De esta manera, la madre no tendrá que pasar por la terrible decisión de si sigue o no adelante con un embarazo cuando el feto presenta problemas.

Tras la inseminación de los óvulos, se realizan exámenes para ver que los fetos están totalmente sanos antes de proceder a implantarlos en el cuerpo de la madre. Lo que hay que tener presente es que un feto sano no es garantía de que el embarazo pueda llegar a buen fin ya que siempre existe la posibilidad de sufrir un aborto. En este caso, se tendría que volver a implantar un feto para intentar nuevamente tener éxito en la aventura de la maternidad.