Esperanza de vida en cáncer de pulmón

Uno de los principales problemas de enfermedades como el adenocarcinoma de pulmon y otras enfermedades relacionadas con el cáncer en este órgano vital es el diagnóstico tardío. Se calcula que tres de cada cuatro pacientes no acuden al médico hasta que no están en un estadio III o IV y en muchos de los casos existe ya metástasis. La causa no es tanto la desidia como la ausencia de síntomas, por lo que la persona no es consciente de la enfermedad. Por este motivo, las revisiones médicas periódicas son de vital importancia.

Aun con este problema, el avance médico en este campo es innegable y si en el año 2012 las tasas de supervivencia de un paciente con cáncer de pulmón eran de un 5%, actualmente ya alcanzan el 20% hablando de los cinco años siguientes al diagnóstico. No se trata tan solo de la aparición de nuevos medicamentos, sino también de encontrar nuevas maneras de combinar y utilizar los ya existentes para conseguir que sean más efectivos.

Un importante papel lo juegan los estudios clínicos que se realizan con pacientes voluntarios y que permiten obtener datos muy importantes sobre cómo actúan en su cuerpo los diferentes fármacos y protocolos de tratamiento. Gracias a la colaboración de estas personas se logra dar grandes paso para combatir la enfermedad y conseguir aumentar la esperanza de vida de quienes ya tienen el cáncer muy avanzado.

Los datos que se obtienen de este tipo de estudios clínicos no solo son válidos para los medicamentos y protocolos que se estén probando en ese momento, sino que toda esa información puede ser analizada y procesada para comprender mejor la enfermedad y para poder desarrollar nuevos tratamientos cada vez más avanzados y con unos mayores niveles de personalización. Para conseguirlo entran en juego factores como el estudio del ADN pero también técnicas médicas basadas en equipos multidisciplinares.

Cada vez son más los profesionales que creen que para poder llevar a cabo la batalla definitiva contra el cáncer es necesario cambiar radicalmente la manera en la que los equipos médicos trabajan en muchos centros hospitalarios y derrumbar los muros que separan a las diferentes especialidades, permitiendo que los profesionales de las diferentes ramas colaboren de forma más estrecha entre sí para conseguir un tratamiento personalizado para cada paciente en función de sus características y de las diferentes patologías que pueda presentar.