Ortodoncias en la adolescencia

Decirle a un hijo adolescente que va a tener que colocarse una ortodoncia para corregir su dentadura puede ser todo un disgusto. Es una edad problemática en la que las inseguridades son muchas y todo les parece un mundo. Decirles que solo serán unos meses, tal vez menos de dos años, es como decirles que tendrán que pasarse la vida condenados a ser señalados por los hierros de su boca.

Y es que si los dientes torcidos o mal colocados pueden ser motivo de complejo, la ortodoncia todavía lo puede ser más. Pero hay una forma de convencerlos de que la salud de su boca es importante y que pueden tener una bonita sonrisa sin tener que pasar por el trauma de un aparato. Esto es, con una ortodoncia invisible Vigo.

Las ventajas de este tipo de ortodoncias son, sobre todo estéticas. Pero no se quedan ahí. Al poder quitarse, permiten lavarse los dientes con total naturalidad, por lo que la higiene de la boca va a ser mucho mejor. Eso sí, es necesario quitarse el aparato para comer o beber, lo que puede ser un poco incómodo. El joven tendrá que acostumbrarse a llevar encima un cepillo de dientes y acudir al baño para lavar su boca cada vez que coma para recolocarse el aparato dental.

Al no tener hierros en contacto con los dientes el riesgo de que el esmalte se dañe y aparezcan caries también es mucho menor. Esto es muy importante en una persona joven ya que de poco vale ponerle una bonita sonrisa en el rostro si luego va a tener las piezas dañadas.

Pero, por supuesto, este tipo de sistemas también tienen alguna desventaja. Al tratarse de personas muy jóvenes y tener que quitarse el aparato para comer tienen que tener responsabilidad y no dejarlo olvidado en cualquier lugar. Del mismo modo, no pueden ponerlo de nuevo con la dentadura sucia.

Además, tendrán que acordarse de volver a colocarse la ortodoncia siempre, porque de otro modo no sería efectiva. Para los bruxistas, existe además el riesgo de que acaben desgastando la ortodoncia muy rápido si tienen que usarla durante la noche.

Por último, este sistema es más caro que el tradicional de hierros pero vistas las ventajas, sus puntos débiles pueden compensarse y siempre merece la pena pagar un poco más para conseguir que el adolescente no sufra por su aspecto.